martes, 26 de julio de 2016

LOS INQUILINOS DE MOONBLOOM

Titulo: Los Inquilinos de Moonbloom
Autora: Edward Lewis Wallant
País: EE.UU
Año de publicación : 1963
Páginas: 291
Genero: novela
Editorial: Libros del Asteroide



"- Es el ahora -dijo Norman -. Lo que le importa es el ahora. ¿Qué garantías puede darle?
- ¿Qué quiere decir?
- No lo - dijo Norman, contemplando el fuego falso - Miro por aquí y me pregunto qué pensará él que es real ...en qué cree."

Recuerdo que estaba curiosiando por los estantes de mi libreria favorita cuando llegué a la W. Un lomo verde llamó mi atención, lo cogí y empecé a leerlo, fue su ranana ranana ránana que me hizo soltar una carcajada y al leer el titulo "Los Inquilinos de Moomblom" o tal vez solo la palabra "inquilinos" decidí comprarlo. Me identifico mucho con esa palabra..."Inquilino". Si saco bien la cuenta,  toda mi vida he vivido en alquiler, a pesar de lo tedioso que es mudarse suelo llegar a cada casa rebosando de alegría, desferrándome de todo lo que no necesito para empezar de nuevo, más fresca, más ligera hasta que ese nuevo "hogar" me consume, se distorciona, se corrompe, o absorbe todo el mal de mí y se convierte en una carga pesada, su candor, su frescura se apagan y termina asfixiandome y es en ese instante cuando decido partir para empezar de nuevo...más fresca, más ligera de mí.


Fresán describe al personaje de este libro como "un perdedor, un pacifico inadaptado" De 33 años, virgen, con una profesión que no ejerce recurre a su hermano/patrón y éste le ofrece empleo para administrar y cobrar la renta de unos apartamentos. La trama en si es bastante sencilla, Norman se dedica a ir de vivienda en vivienda con su pequeño talonario a cobrar y recoger quejas de los inquilinos, pero su rutina se vuelve agobiante y él, parece estar fuera de sí en cada visita y esto notan sus inquilinos que con soltura hablan de sus problemas, temores y anécdotas ante alguién que está presente y ausente a la vez, alguién que parece estar ahi para escuchar y no juzgar aunque a Norman eso le viene y le va, pero poco a poco esas voces quejosas lo agobian y no puede soportar estar presente con esa carga pesada y no hacer nada, ese impulso, como un acto de bondad, decide sacrificar su "yo" para que los seres humanos que habitan esos edificios tengan paz. El personaje en cada visita esta como expectador, mientras que los inquilinos desarrollan la novela. Tiene pasajes graciosos, y personajes rescatables como Sugarman. Recuerdo que me di tiempo para leer y disfrutar de la prosa, al principio me enredaba con tanto personaje pero logré distinguirlos. Veo a Norman como el "Salvador" ,aunque no termine crucificado...a lo mejor por su hermano ranana ranana na